Hoy, junto con Chema Gómez  y representado a Grupo Evento, he  asistido a “nuestra” primera reunión del Foro de Empresas Líderes de Castilla y León. Cuando hace unas semanas Montse Torices y Javier Cid, de la Agencia de Desarrollo Económico de Castilla y León, nos invitaron a incorporarnos a este proyecto, nos preguntamos qué pintábamos nosotros, un pequeño grupo de empresas dedicadas a difusión del conocimiento, organización de reuniones científicas y la gestión cultural, junto a empresas como Renault, Grupo Antolín, Indal, Correa Anayak, Michelín, Iberdrola, Grupo Norte, Collosa, Telefónica, Dibaq, BMC Maderas, Grupo Siro, Cermivap, Ubisa, Vestas, Caja Burgos, Bekaert y LeonFarma. Ha bastado una reunión para comprobar que podemos aprender mucho y,  también,   podemos aportar algunas experiencias. 

El Foro pretende fomentar la excelencia en la gestión de empresas y organizaciones y mejorar así la competitividad. De unos años a esta parte, sabemos que el tamaño importa poco cuando se trata de innovación y buenas prácticas. Somos la segunda pyme en el Foro y la primera y única empresa del sector cultural.  Creo, sin embargo,  que otras muchas empresas culturales podrían servir de ejemplo. 

En el sector cultural podemos encontrar empresas y organizaciones culturales modélicas en sistemas de gestión flexibles e innovadores. Y también en  buenas prácticas sobre cómo lograr relevancia siendo una organización pequeña y de recursos limitados.  El proverbio africano “si crees que eres muy pequeño para hacer la diferencia, trata de dormir en un cuarto cerrado con un mosquito” se cumple sin duda al pie de la letra.

Baste sólo recordar a Miguel Ángel Pérez Maguil, con sus publicaciones sobre gestión de proyectos aplicados a la cultura, hace ya más de dos décadas. O proyectos como Conexiones Improbables,   liderado desde Vitoria por Roberto Gómez de la Iglesia y que pretende unir el mundo de la empresa y de la creación. O el proyecto europeo CreArt, puesto en marcha por Juan González-Posada; desde Valladolid, lidera un completo porgrama de gestión artística para 13 ciudades europeas. O la magnífica empresa Artimetría , de Antoni Laporte, referente en la sistematización rigurosa de la gestión cultural. O Asimétrica, el proyecto de Roberto Muro en el área de consultoría.

Muchas y buenas prácticas de las que aprender, sin duda.